Quantcast
Channel: Igualdad y Discriminación – Clásicas y modernas
Viewing all articles
Browse latest Browse all 26

Lanzarse bajo los caballos

$
0
0

El público de los cines Floridablanca de Barcelona saludaron con un emocionado aplauso el final de la película Sufragistas hará un par de semanas. Me sorprendió y me reconfortó al mismo tiempo: había sobradas razones, ver durante dos horas los sufrimientos, las renuncias, los agravios y las dificultades de las mujeres desde hace un siglo para conseguir el sufragio universal encoge el corazón. Pero, a la vez, su dignidad, nobleza y valentía son lo que nos ha permitido a nosotras estar hoy aquí. A mi, escribiendo este artículo; a ustedes, si son mujeres, leyéndolo con espíritu crítico. Y a nuestras políticas, ejerciendo sus funciones en el ámbito público en pie de igualdad con los hombres… ¿O no?

Estos últimos días me han hecho dudar de la igualdad supuestamente conseguida en el ámbito político. Y no lo digo por nuestras esforzadas representantes de todo el arco ideológico sino, precisamente, por los insultos que muchas de ellas han tenido que escuchar sólo por el hecho de ser mujeres cuando ellas creían que estaban en una contienda política. Algunas los reciben por ser supuestamente guapas, y otras por ser feas, o gordas, o insatisfechas sexualmente…. Toda una cascada de descalificaciones que no tiene otro objetivo que desacreditar personal e intelectualmente a las mujeres.

Las políticas catalanas no son, ni mucho menos, las primeras mujeres en recibir insultos cuando sus oponentes no tienen argumentos racionales para debatir. La brillante Mary Wollstonecraft, la madre del feminismo, recibió todo tipo de insultos, y hasta se la nombró “hiena con faldas” durante cerca de un siglo. Su pecado había sido argumentar públicamente contra el filósofo ilustrado Jean-Jacques Rousseau, aquel que había dicho en su tratado de educación Sofia que a las niñas se las tenía que interrumpir en sus juegos sin motivo para que se fueran acostumbrando a la irracionalidad y a los agravios de su marido sin quejarse. Por su parte, la admirada Simone de Beauvoir fue acusada de mujer virilis, y el mismo epíteto había recibido George Sand antes que ella y otras tantas como la misma Concepción Arenal. Todas ellas fueron mujeres con voz propia, transgresoras, independientes, que rompieron estereotipos que se esperaban de ellas en un mundo en el cual el margen de actuación femenino era muy estrecho y estaba rígidamente definido y confinado dentro el hogar.

En la actualidad las democracias se han dotado de leyes que amparan la igualdad de oportunidades, incluida la flamante ley catalana para la igualdad efectiva entre mujeres y hombres, aprobada hace unos meses. Pero cuando se observan reacciones como las que estamos analizando hoy nos damos cuenta que todavía perviven, muy en el fondo de las estructuras de la personalidad, elementos de opresión y desigualdad. Aquellas personas que mantienen vivo el sistema patriarcal no pueden tolerar que las mujeres se erijan como iguales y por eso las agreden, bien de palabra bien físicamente.

Cuando una persona está discutiendo con otra en el terreno de las ideas la está tratando en pie de igualdad porque opone unos argumentos a otros de diferente signo, son dos mentes en liza. En cambio, cuando un hombre insulta a una mujer por su aspecto físico en respuesta a un posicionamiento político, está cosificándola, considerando automáticamente su cuerpo un objeto sobre el cual tiene el derecho de opinar, mofarse, que puede ridiculizar y agredir. Todo eso son comportamientos que practican por doquier los grupos opresores sobre los oprimidos, en este caso, los hombres con comportamientos machistas sobre las mujeres rebeldes, las que rompen con la obediencia servil tradicional femenina. Por eso los insultos a las mujeres significan una muestra más de violencia machista y son absolutamente intolerables en nuestra sociedad.

Las mujeres que formamos parte de Feministes de Catalunya hemos declarado nuestro rechazo más contundente a estos hechos y queremos expresar nuestro apoyo a las mujeres de todo el espectro ideológico que están sufriendo acoso público mientras ejercen sus responsabilidades con valentía y dignidad. Exigimos también que sean perseguidos los actos de violencia hacia las mujeres en cualquier medio, incluidas las redes sociales, que ahora parecen impunes a estos requerimientos. Y pedimos a todos los gobiernos y a la sociedad civil que se impliquen profundamente en la erradicación de estas agresiones. Ningún futuro es posible si las mujeres no ocupan el lugar que merecen. Y sería un poco triste en el siglo XXI tener que volver a lanzarse bajo los caballos, como nuestras antepasadas sufragistas, para conseguir tener voz y la plenitud de derechos como seres humanos.

Podéis acceder al artículo original en catalán publiclado en el diaro Ara desde aquí.

*Agradecemos a nuestra socia Laura Capsir Maiques la traducción al castellano.

La entrada Lanzarse bajo los caballos aparece primero en Clásicas y modernas.


Viewing all articles
Browse latest Browse all 26

Latest Images

Trending Articles





Latest Images